sexta-feira, abril 29, 2011

Opinião: "Por qué no habla de esto Mourinho?"

"Yo también podría salir con una lista de agravios, pero ni tengo secretarios, ni directores generales, ni árbitros ni gente que me apunte tantas cosas”. Demoledor, el martes, Pep Guardiola comenzó a poner las cosas en su sitio en la sala de prensa del Bernabéu. El miércoles, en el césped, las puso el fútbol antes de que, en la sala de prensa, José Mourinho descalificase directamente la Champions ganada por el Barça en Roma... Y exclamando que los dos títulos que él ganó, al frente de Oporto en 2004 e Inter en 2010 sí, sí, eran 'legales'. Lo eran, sin duda, como todos. Pero quizá el técnico portugués, tan amigo de sacar documentaciones interesadas, sufrió un lapsus. Y es que llama poderosamente la atención echar una ojeada a la trayectoria triunfal que disfrutó Mou en esos dos títulos de los que tan orgulloso se siente. Los medios de comunicación, por suerte o por desgracia, tienen excelentes departamentos de documentación y completísimas hemerotecas. Y a través de ellas puede desenterrarse la historia. Y esta historia no deja al entrenador portugués precisamente en buen lugar. Mourinho, dirigiendo al Oporto, vivió dos eliminatorias concretas que deberían, hoy, hacerle enrojecer de vergüenza por lo dicho el miércoles por la noche. En los octavos de final de la temporada 2003-2004, ante el Manchester United, al campeón luso le allanó el camino el alemán Herbert Fandel cuando expulsó a Roy Keane, alma y capitán de los diablos rojos y que le impidió jugar la vuelta; una vuelta, la de Old Trafford, decidida al límite de tiempo con el gol milagroso e inolvidable de Costinha... Aunque, ya que Mourinho quiere hacer memoria, habría que recordar que el señor Valentin Ivanov anuló un gol legal a Scholes con el 1-0 en el marcador que, siendo el 2-0, poco menos que dejaba en la calle a su Oporto Así pasó a los cuartos y alcanzó luego las inolvidables semifinales ante el Deportivo, donde, vaya casualidad, la fortuna arbitral, volvió a estar de su lado. En la ida, en Portugal, Markus Merk no solo expulsó de forma chistosa a Andrade por bromear con Deco, sino que antes convirtió una agresión de Carvalho en amonestación a Mauro Silva que impidió también jugar al brasileño la decisiva vuelta. El 0-0, con todo, daba esperanzas de llegar a la final a los de Irureta... Unas esperanzas que, oh casualidad, se encargó de borrar un tal Pierluigi Collina. El Oporto ganó en Riazor gracias a un penalty y el Depor acabó el partido con un jugador menos por expulsión de Naybet. `No hace falta decir nada más¿. ¿O quizá sí, Mou?
Así, con tres expulsiones, un gol de penalty a favor y uno anulado en contra, minucias, se apoyó Mourinho para alcanzar la final de 2004. En ella, cierto, el Oporto pasó como un rodillo por encima del Mónaco. Seis años después, en 2010, el Inter conquistó la gloria en Madrid, ganando con una pragmática exhibición al Bayern de Van Gaal. Antes de llegar al Bernabéu, sin embargo, el Inter disfrutó del error arbitral hasta en cinco partidos. De entrada, en la cuarta jornada de la liguilla, en Kiev, el Inter se jugaba casi la vida ante el Dinamo y en los tres últimos minutos convirtió el 1-0 en 1-2, aunque el francés Bertrand Layec fue el que le dio el espaldarazo al gol decisivo, no señalando primero un fuera de juego y después dando validez al gol de Sneijder a pesar de la carga que sufrió el portero local Shovskovskiy. Empujado a las eliminatorias, en octavos, Mourinho se reencontró con su añorado Chelsea y debió sentirse indispuesto al ver como en la ida Mejuto González y en la vuelta Wolfgang Stark (sí, el mismo colegiado al que el miércoles destrozó) arrodillaban al equipo inglés dirigido por Ancelotti. En San Siro, con 1-1, el árbitro español no quiso ver un `penalty y expulsión¿ clarísimo de Samuel a Kalou, acabando el duelo con 2-1 para el Inter. Después, en Stamford Bridge, escenario de bastantes más escándalos de los que quiere recordar Mou, el Inter comenzó disfrutando del favor de Stark, al no pitar éste un claro penalty sobre Ivanovic y acabó sonriendo con la expulsión de Drogba. Al final pasó a cuartos ganando por 0-1. Recordar las semifinales del pasado curso entre Inter y Barça no está de más para refrescar la memoria del entrenador. Su compatriota Benqurença ni se inmutó al dar validez al gol en fuera de juego de Diego Milito, ni dudó en amonestar a Puyol para que se perdiera la vuelta ni, tampoco, quiso saber nada de un claro penalty de Sneijder a Alves. En la vuelta, en el Camp Nou, no pasó nada... Bueno, sí. En tiempo añadido el belga Frank de Bleeckere anuló un gol legal a Bojan. Una minucia sin importancia para Mourinho aunque esa diana significase la clasificación del Inter y KO del según él `obsesionado¿ Barça de Guardiola. De ese partido solo recuerda, quiere recordar, la roja a Motta. Quizá es que una agresión es un abrazo... Tres penalties perdonados (uno de ellos acompañado de expulsión), una expulsión, un gol legal anulado en contra y uno ilegal a favor concedido catapultaron a Mou la pasada temporada hasta la final. La memoria selectiva no solo es interesada y de mal gusto. Más aún, acaba por volverse en contra de quien la utiliza y Mourinho, queriendo dar lecciones de ética quedó desnudo
" (texto do jornalista do Sport, Jordi Blanco, com a devida vénia)

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